miércoles, 3 de abril de 2013

La vendimia

     La buena cosecha no es solo resultado de los cuidados recibidos a lo largo del tipo por la vid, una de las causas principales de la realización de caldos de poca calidad es el estado en el que llegan las bayas al lagar, ya que el estado de maduración y el estado sanitario de los racimos son factores claves para la elaboración de un buen vino.

     Para la recolección se suelen usar dos tipos, la mecánica, cada vez mas en auge debido a la rapidez y a la poca falta de jornaleros, y la manual, siendo la manera clásica de realizar la vendimia y que permite una eventual selección de uvas y respeta mejor la integridad de estas.

     Un transporte rápido e higiénico hasta la bodega es básico para realizar una vendimia de calidad óptima. La proporción de uvas podridas, secas y/o afectadas por infecciones fúngicas debe ser muy baja o nula y las bayas deben de llegar a una buena temperatura a la bodega, por este último motivo se eligen las ultimas horas de la noche y las primeras del día para realizar la recolección.

   La recolección de las uvas blancas requiere un trabajo manual preferiblemente, aunque también se realiza la vendimia con maquinaria, a fin de respetar los aromas primarios y frutales de la baya, esto es especialmente recomendable si la vendimia va destinada a vinos afrutados y de maceración carbónica.

    Para vinos espumosos es muy importante la utilización de cajas ya que el trato que las bayas necesitan son mas cuidados.

     La recolección de tintas permite recolección mecanizada, puesto que el contacto previo entre el mosto y el hollejo facilita el intercambio previo de materias colorantes, no siendo este modo de recolección la norma ya que muchos viñedos se recogen manualmente, especialmente los destinados a vinos de calidad. Lo ideal para cualquier uva es la vendimia en cajas, pero la tinta al ser mas resistente puede tener un transporte de calidad en contenedores de menos de 2500 Kg.

     Las bodegas eligen el momento de la recolección en el momento que creen que las bayas están en el punto óptimo para esta acción, aunque también existen varias tendencias a la hora de realizar la vendimia.

    Se tiende a adelantar la vendimia para la elaboración de vinos más ligeros en alcohol y mas afrutados, ya que se busca un mayor componente aromático. En climas cálidos, en los que un retraso en la vendimia nos haría perder gran parte del contenido aromático de las bayas, cuando el nivel de los componente aromáticos acumulados en los hollejos es máximo es cuando se realiza la vendimia. La acidez es mayor y potencia la frescura y los aromas a fruta de los vinos.

     Otras veces es necesario hacerlo por las condiciones climáticas, ya que si en los días previos se esperan lluvias se adelanta la vendimia, ya que estas precipitaciones disminuye el grado de la uva, y un aumento brusco de la humedad en época calurosa puede favorecer la aparición de Bortrytis cinarea (Podredumbre gris).

     La tendencia de  retrasar la vendimia es debido para la obtención de mas grado alcohólico para después someter a los vinos a crianza y para obtener menos acidez. En tinto es interesante dejar madurar la uva al máximo para alcanzar mayor concentración de polifenoles. Los caldos tintos destinados a guarda aprovechan al máximo una vendimia retrasada, ya que interesa tener altas concentraciones de taninos en las bayas.





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